Era una tarde de invierno, ellos se habían quedado hasta tarde en la universidad para acompañar a una compañera que asistía a una conferencia sobre psicología forense, aunque ambos sabían que era solo un pretexto para estar más tiempo juntos.
El reloj marcaba las 5 de la tarde ella reposaba sobre sus piernas mirándolo fijamente, escrutando cada una de sus facciones y preguntándose porque sentía todo eso por él. Ella sonreía cada vez que él le mordía dulcemente las mejillas o los parpados, cada que hacia eso sentía como sus labios quedaban cerca de los suyos y sentía ese fuerte impulso de besarlo, solo que no se atrevía. En cambio solo los rozaba con su labio inferior.
Pensaba en qué momento se besarían, porque no podía mas con esas ganas de sentir el calor d sus labios contra los suyos. El se acerco nuevamente para morderla y ella se había decidido a besarlo, pero en ese momento su amiga regreso de su plática con un amigo y empezó a charlar con ellos. Su plan de besarlo se había desvanecido.
Eran las 5:15 y ella le pidió que se fueran. El acepto enseguida. Se despidieron de su amiga y se marcharon juntos a su ya tan conocida parada de autobús.
A él le molestaba mucho dejarse la barba más de dos días, pero ese viernes había hecho una excepción, su amiga se lo había pedido; tenia la barba del 3er día. Ella se lo agradeció ahí en la parada. Le rodeo el cuello y con su mejilla empezó a rosar su barba. Pensaba cuan feliz se sentía entre los brazos de su amigo, sabía que lo que sentía por él era más fuerte, pero el tenia novia y ella estaba pensando darle una respuesta a un chico. Lo veía tan feliz hablándole de ella que prefería que estuviera con otra si su felicidad estaba ahí. Intento borrar sus deseos de ser mas que su amiga y de dedico a sentir la suavidad de su barba, lentamente giro la cara y ahora acariciaba su barba con la nariz y lentamente lo hizo con los labios. Pensaba en lo lindo que se sentía aquello, cuando de pronto….
Estaban ahí solos, sentados sobre una banca de concreto. La miraba dulcemente y se preguntaba si ella sentía lo mismo que el. Sentía como ella acariciaba su labios lentamente cada que él le mordía las mejillas. Desde hacía mucho que la quería pero su temor a que ella no sintiera lo mismo y al confesárselo le perdiera para siempre era algo que no resistiría.
Eran algo tarde, pero con tal de estar a su lado a él no le importaba el tiempo. Pero ella casi adivinando sus pensamientos como solía suceder le pidió que se marcharan. El acepto, se despidieron de su amiga y ambos se fueron a tomar su combi de regreso a casa. Ella lo tomo del brazo y él se sintió muy feliz de poder sentir el maravilloso calor que desprendía.
El tenia novia, pero lo que antes había sentido por ella ahora se daba cuenta de que había quedado muy enterrado en el infinito y nada delo que había sentido se comparaba a lo que su amiga le hacia sentir con tan solo estar a su lado. Legaron la parada y ella lo abrazo por el cuello. 4 días antes ella lo haba acompañado a la presentación de su pastorela, lo había apoyado mucho. Ese día el le pregunto si ella sentía algo mas por el que amistad. Ella respondió que no, pero él había notado un leve silencio en esa respuesta, no estaba convencida, al día siguiente, miércoles, el le había propuesto que ella se dejara hacer un chupetón, ella accedió.
Él le rodeo la cintura con un brazo y con el otro le recogió el cabello; se abalanzo sobre su cuello y empezó a succionar. Cada segundo la pegaba más a su cuerpo y ella simplemente se dejaba llevar. Cuando pasados unos segundos el término, le lamio dulcemente el cuello y alcanzo a mirar el rostro totalmente extasiado de su amiga.
Pero eso no le aseguraba que ese día si él se atrevía a demostrarle lo que sentía ella lo aceptara, había momentos en que estaban tan cercanos y otras en los que parecía que vivían en mundos distintos.
Ahora estaban ahí en la parada, fuera de ella el no veía a nadie más. Ella lo miro sonriente como era su costumbre, le rodeo el cuello con los brazos y comenzó a acariciarle la barba con la mejilla, barba que se había dejado porque ella se lo había pedido, él la abrazo por la cintura dejándola acariciar su barba, pensaba cuanto deseaba besarla, dejar de amarla en secreto…ahora le acariciaba con la nariz y con los labios, tenía los ojos cerrados…era el momento, no debía pensarlo más…en ese instante…¡ahora hazlo!....
Unos segundos pasaron en los que ninguno supo que pasaba, hasta que se percataron de que se estaban besando. Ella rozaba su barba con los labios y el había girado la cara para besarla. Sus labios se fundían en uno solo.
Se besaban lentamente como intentando recorrer cada pliegue de los labios del otro, ella se aferro más a su cuerpo y él la jalaba más al suyo. El metió su lengua en la boca de ella, donde fue bien recibido por su lengua. Ahí dentro de la boca de ella se empezó a realizar casi un ceremonial en el que sus lenguas danzaban juntas dando gracias al universo por encontrarse al fin la una a la otra. Parecía como si el tiempo, el sonido, el espacio, la parada, las personas…todo había desaparecido…solo quedaban ellos besándose dulce y apasionadamente. Entonces se separaron lentamente aun con los ojos cerrados, lentamente los abrieron y al encontrarse con la mirada del otro sonrieron temblorosos y él le dijo feliz
-¡entonces si te gusto!-
Ella más feliz que nunca le dijo:
- sí, me gustas
El la miro dulcemente, y con la voz más nerviosa que se había escuchado le dijo:
-ese beso… ¡Wow!...besas… ¿se puede repetir?
Ella sin pronunciar mas lo jalo del saco y lo pegó a su cuerpo besándolo nuevamente…se siguieron besando otro largo rato en el que solo importaban ellos, no existía nada mas allá de el amor que acababan de dejar en libertad…ese beso representaba todo el amor que tenían escondido el uno por el otro…continuaban besándose, hasta que a él le marcaron por celular, eran sus papas que iban a pasar por él.
Se miraron y empezaron a aceptar que se gustaban desde hacía mucho, pero en esos momentos en los que solo importaba el uno para el otro, el estar juntos, el amarse y nada más; dejaron la charla para otra ocasión y continuaron besándose…
El reloj del jardín marcaba las 6 en punto cuando su beso fue interrumpido por sus papas que acababan de llegar por él. Con todo el dolor de su corazón él le dijo que debía irse, no sin antes besarla por última vez.
Su último beso duro tal vez tan poco, pero para ellos fue una eternidad completa, al separarse los labios les vibraban, las piernas les temblaban, no podían dejar de sonreír, la voz de ambos era nerviosa, no podían dejarse ir…habían esperado tanto ese momento…pero era necesario…
El se fue y ella empezó a caminar sin poder creer que estaba despierta, había esperado tanto tiempo estar así con él, besarlo, sentirlo tan cerca, sentirlo casi parte de ella, avanzaba sin dejar de sonreír. Cuando se detuvo para tomar su combi, se detuvo para mirar el cielo que ya se cubría con su manto azul oscuro lleno de estrellitas e iluminado por la más hermosa luna llena que hubiera visto antes.
Al llegar a su casa aun se encontraba inmersa en ese mundo lleno de magia, amor y felicidad en el que él la había dejado, ese mundo del que solo había rozado las puertas o del que solo había escuchado hablar. Pero ahora vivía ahí dentro…
Miro el calendario y vio maravillada que ese día: era día Cozcacuauhtli (su día según la cuenta mexihca), Júpiter y Venus eran más visibles aquella noche, era el día de La Ultima Luna Llena Del Año pero además la luna estaba más cerca de la tierra desde 1993 y no habrá otra luna llena más cercana de nuevo hasta el 2016 y era desde ese momento el día en que la magia había comenzado.
Este beso es el más maravilloso de todos los que he experimentado y es tan magnífico por el simple hecho de que jamás lo imagine. Pensaba ponerlo en la anterior entrada, pero la verdad que se merecía algo más. Así es como me hice novia del hombre más fabuloso del universo. Fue un maravilloso Viernes 12 de diciembre de 2008 y desde entonces mi vida es maravillosa. Y añadiré algo mas, jamás había soñado con una forma más preciosa de iniciar un noviazgo.
TE AMO ISAAC