jueves, 12 de noviembre de 2009

La secretaria


Bien, de acuerdo a lo presenciado en este filme he podido identificar dos parafilias, una distinta en cada uno de los personajes; Ella: masoquismo; El, todo un discípulo del Marqués de Sade: sadismo.

Ella se corta e incluso llego a quemarse con una tetera en momentos de estrés intenso (la mayoría provocados por su padre, que es alcohólico.) En términos de su relación con el abogado es sumisa, pasiva y complaciente. El, es el miembro dominante de la relación: controla su conducta, su modo de vestir, de alimentarse, etc.

Hay un par de escenas que ilustran la perfecta relación sado-masoquista, por ejemplo:
Cuando él la llama a su oficina y le ordena que se incline a leer una carta en el escritorio, por un supuesto error de caligrafía. Ella obedece sumisamente…y de pronto ¡Zaz! Una fenomenal nalgada. Después de un sobresalto inicial, ella prosigue por órdenes de él y se da la ocasión de otra nalgada, y otra y otra más.

Siguen esta dinámica por algún tiempo hasta que un ida el deja de llamarla su oficina, entonces ella adopta toda clase de conductas para que la sesión de nalgadas se propicie, mas sin embargo no pasa. Ella comienza a necesitar que la nalgueen y llega a un punto en que se golpea por si misma ayudada de varios objetos, empero no consigue la misma satisfacción.

Para esto, ella tiene a su prometido y en una escena en que ambos comparten la cama ella le lleva las manos de él a sus nalgas, pero el quita las manos de ese sitio y las ubica en su espalda. Así ocurre otras dos veces más hasta que ella se inclina y le dice “no tengas miedo”, obviamente desea el dolor placentero de la nalgada, pero no lo obtiene porque él tiene como premisa el no lastimarla.

A grandes rasgos y sin temor a errar puedo argumentar confiadamente en estas dos parafilias: masoquismo y sadismo.

Una cosa más: me llamó la atención que al final se enamoran a tal grado que se complementan el uno al otro, sin miedo a la monotonía.

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