martes, 10 de noviembre de 2009

I. EL COMIENZO DE LA PESADILLA.


Aun en la oscuridad las almas brillan…


Recuerdo que esa noche, estaba dormida pero de pronto sentí como un agujero me succiono y me llevó a la aldea de Panjí, que se quemaba en una oscura noche donde la gente corría desesperadamente. Mi corazón se llenó de terror al ver tal sufrimiento; fue entonces cuando corrí lejos de aquel lugar pero tratando de huir del dolor choqué con un gigantesco castillo que me llenó de terror.

Justo cuando sentía que el castillo me devoraba apareció mi madre; aquella mujer de mirada dulce, sabia y a la vez fuerte, que me tomó del brazo y me puso a correr a lado de mi padre que no me soltó ni un momento; que, aunque agitado, me miraba y me decía que corríamos por el peligro del fuego y no por otra cosa, aunque nos perseguía alguien con unos feroces lobos como animales de presa pero, aun así, ese gran hombre que con solo estar a mi lado me hacia sentir segura, mi padre, me tomó a mí y a mis hermanos y nos metió en una cuevita; después mi mamá le dijo a mi papá algo al oído pero yo solo oí un "porque nosotros…”

Después de un rato, no sé cuanto, escuchamos ruidos y fue cuando mi papa fue atrapado por ellos, los empers*. En seguida le preguntaron- ¿Dónde esta ella?- mi mamá comenzó a reír y dijo – ella no esta aquí, esta muy lejos para que la mugre de tu emperatriz no la alcance. - -¡No me levantes la voz mujer!, ¿Quién te crees? - dijo la rata golpeando a mi mamá, mi papá se le lanzó a la rata pero varias de ellas lo golpearon. Mis hermanos salieron a defenderlo gritado ¡suéltalos feo! ¡Suéltalo! Las ratas solo se reían y los miraban, yo me quedé dentro de la cueva petrificada por el miedo y la cobardía; vi como se alejaban poco a poco. Mi familia se había ido y yo no, “Por cobarde”, no dejaba de decir mi mente “por cobarde”.

Atormentada por esas ideas corrí y sin darme cuenta caí por una gran cascada. Sólo sentía cómo el agua me atravesaba como si estuviera formada por filosos cuchillos. Cuando sentí que ya no podía mas vislumbre una esperanza, pues casi mágicamente la rama de un árbol apareció y la tomé. Fue así como pude salir del agua, pero me había lastimado una pierna. Fue doloroso el recorrido hasta una aldea cercana. Ahí me socorrieron varias personas y una mujer me curó. Fue extraordinario, pues en menos de un mes había sanado, entonces dejé ese lugar porque en mi mente solo existía una sola razón para vivir “matar a la emperatriz y recuperar a mi familia...”

Solo que no contaba con que esa emperatriz me buscaba a mí. Las ratas me persiguieron durante mucho tiempo, siempre a la distancia, sin acercarse peligrosamente a mí hasta que ese Rodatneiro* me delato no con los empers sino con un vendedor de esclavos, aquel hombre grande, gordo, de voz gruesa que se compadecía de las hormigas pero de los demás no. Me vendió a una mujer rica que me trataba peor que a perro llenándome de dolor, y humillaciones que no eran nada comparadas con lo que mi mente me decía “No tienes familia por cobarde, si les pasa algo es por tu culpa, solo por tu culpa...”

Yo estaba confundida con todo esto mi mundo no era esto: esclavos, ratas, aldeas, emperatrices, carretas... no sabía que hacer pero un día sucedió que el mismo Rodatneiro, quien sabía que yo era buscada por alguna razón, me delato con los empers mientras iba al huerto del pueblo y me atraparon y golpearon. Fue cuando contemple aquel monumento espantoso un anfiteatro en el que la orden del día era hay que golpear a la nueva “todo era o parecía ser horrible hasta que...

El décimo día me sacaron de esa sucia celda para ver a una multitud que gritaba...Era un murmullo ensordecedor pero yo no entendía nada -¡¡¡este no es mi mundo!!!- gritaba mi cabeza. De pronto, de un palco, salió una mujer alta, que llevaba una capa de color rojo que no dejaba ver su rostro completo pero que tenía unos labios de un tono de rojo muy intenso, que yo nunca había visto en ninguna otra persona y su cabello le caía por el hombro izquierdo cuando la mujer estuvo lo suficientemente cerca de la orilla del palco dijo: -Hola Altrin ¿Cómo te ha ido?- Al ver en mi una cara de asombro prosiguió “no importa como estés, solo se y me importa que este día será uno de los que mas recordaras en tu vida…-.”

Acabando de decir esto elevó la mano haciendo un ademán para dirigirse a un emper. Este entró a una celda y de ahí saco para sorpresa mía a toda mi familia. con tan sólo tirar de una gran cadena oxidada Mi ser se lleno de muchos sentimientos dolor, felicidad, temor…pero no importaba…intente correr hacia ellos pero las cadenas que tenia en manos, cuello y pies me lo impidieron entonces levante la mirada ante la emperatriz esperando ver en ella una esperanza de que me permitiera tocar a mi familia pero era una esperanza vana pues lo único que hallé en ella fue un pulgar vuelto hacia abajo …yo sabia lo que aquello significaba y mi familia, todos lo sabían, pues en cuanto la multitud se dio cuenta de la orden soltó un grito ensordecedor de insana alegría…entonces salió un mormo* empuñando un hacha y uno a uno los cuerpos de mis familiares rodaron por el suelo, los troncos por un lado y las cabezas por el otro. Yo solo cerré los ojos…escuchando el hendir del hacha por el cuello de mi familia. Mi corazón se lleno de odio, de furia, de impotencia, de dolor ¿cómo podían existir seres tan despreciables…? Sentí que me perdía en aquel bosque oscuro llorando como tonta y luego vi como reía esa mujer, como gritaban todos…-¡¡ muerte!!...¡¡muerte!!...

Yo también grite: ¡¡Te odio, te odio…no te bastó destruir mi vida, tenias que matarlos ¿no?!! ¡¡Pues mátame también a mi porque te juro Rebmila que si no lo haces yo acabaré contigo!!– diciendo esto me tire llorando al suelo y ella riendo me dijo: ¡oh Altrin déjame reírme!, pero oye, no eres tan débil. Mira para que veas que no quiero que guardes rencores malos en tu corazoncito pégale a él – levante la mirada y vi un gigantesco ogro me puse de pie rápidamente dando unos pasos hacia atrás. Todo era aterrador, pero parecía como si los gritos de muerte hubieran detenido el tiempo para que los observara hasta que el ogro me dio un golpe en el estomago y volé por el aire chocando con una pared…de entre los escombros me levante casi sin aire y enseguida el ogro me tomo de la cabeza y me empezó a patear al mismo tiempo que apretaba mi cabeza, yo solo pataleaba y gritaba pero abrí los ojos y vi a Rebmila y su cara de satisfacción al oír mis gritos. El ogro también empezó a reír y me dejo caer al suelo.

Para salvarme solo había una forma le solté un golpe al ogro, un golpe que salió del fondo de mi ser y lo derribe, seguí golpeándolo pero una dulce voz me distrajo…
-Tu puedes Altrin– entonces el ogro me tomo de la cabeza y me azotó en el suelo. Solo sentí cómo la sangre salía de mi boca pero fueron tantos golpes que no supe lo que paso…

Hasta que desperté en una fría montaña donde no se si sería por los golpes o por el frió pero no sentía mi cuerpo, estaba entumida y también aturdida…me pregunté ¿Por qué Rebmila me habrá dejado libre? ¿O será que estoy muerta? ¿Por qué nos escogió a nosotros? Entonces en el horizonte observe un ejército pequeño pero enseguida aun en la distancia distinguí a esa mujer…al frente era ella la que se acercaba lentamente entre la niebla. Cuando llegó ante mí dijo:-¡Hola otra vez Altrin! ¿En que piensas? - -en nada que tu tengas que saber monstruo-, -¿ah si? Pues yo se en lo que piensas ¿por qué YO mate a tu familia? , ¿Por qué YO te arruine TU vida? , pues para sorpresa tuya YO no lo hice sola mira quien me ayudo- se bajo la capa y vi con terror que ella era idéntica a mí, éramos casi una, era como ver tu reflejo en el agua – ¿vez?, YO no maté a TU familia, fue TU culpa...todo lo fue…¡¡ ¿acaso no es hermoso todo esto?!! Te odio porque es mi naturaleza y tu me odias porque pronto serás tan igual a mí que te aterra la idea de serlo – cuando ella decía todo esto mis ojos se llenaron de lagrimas y con dolor, terror, desesperación y todo me levante y empecé a correr sin mirar hacia atrás y sin detenerme. No se cuánto corrí pero cuando llegué a un desierto tropecé con una piedra y caí al suelo. Empecé a llorar y gritaba al cielo: - ¡¿porque me han dejado sola?!...¡¿porque ella es como yo?! ¿Acaso ella es yo, yo soy ella?–



Nadie es solo sol o luna, hay una dualidad que no
debe romperse nunca.

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