Pues verás, cuando te conocí y me hablaste de tu fe, de cómo concebías el amor hacia y de Dios, eso fue lo que me enamoró. Recuerdo escucharte y pensar que eras afortunado por poder sentir todo eso. Más aún por no tener temor de expresarlo. Después con el poco trato que tuvimos, tú sencillez, tú alegría y tu timidez me cautivaron. Encontrar esos pequeños detalles hizo la diferencia. Además que como ya te dije me gustaron tu sonrisa, tan sincera y bonita. Los surcos que se forman en tu frente. Cuando platicábamos encontrar coincidencias entre nosotros, me emocionaban (aún).
Al final no creí que tú y yo tuviéramos una oportunidad, por la distancia principalmente y porque tú tenías novia y yo no podría con eso.
Pero no sentía esto hace mucho Moisés, siento que enamorarme de ti no me da miedo...como había sentido antes...como tu dijiste. Le pedí a Dios que me enviara a quien le considerara, pero que lo amará a Él tanto como yo....creo que algunas almas simplemente están hechas las unas para las otras...
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