- No todas las peleas se lo merecen - pensó mientras corría escaleras abajo, huyendo a su habitación. - ...pero esta si-. Empujo su puerta y corrió buscando desesperada la cajita en forma de corazón, que alguna vez significó tanto para ella. Podría parecer irónico, que fuera justo ahí donde guardaba las navajas y el bisturí; pero no lo era. Esa caja se la había dado la única persona que conoció sobre sus heridas y la única que no hizo nada.
Vacío el contenido de la cajita: un bisturí, un iman, una cuchilla, un collar de jade, colores que se había despegado de la decoración de la caja y una mosca muerta; todos solo recogiendo polvo desde la ultima vez.
Comenzó a decidir en que parte del brazo hacer el corte; hacia poco que su mamá había visto las marcas, pero había logrado distraerla. Probablemente ella lo había atribuido a otra cosa o simplemente tenía miedo de saber la respuesta.
En su mente recordaba una y otra vez todas las veces que había deseado haberlo hecho antes, incluso tener el valor de hacerlo más profundo. -El dolor es inevitable, así que cuando elegimos el dolor es por algo importante- recordó haber leído en alguna parte.
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