Es difícil, no estamos acostumbrados a pensar en el cambio climático como una de las principales causas de muerte en nuestros tiempos. Probablemente, las guerras, algunas enfermedades o los accidentes, sean las principales causas de fallecimiento que se nos vendrían a la mente si fuésemos interrogados al respecto. Pero un reciente informe publicado en Londres por el Foro Humanitario Global, cuyo actual presidente es Kofi Annan, ex secretario general de la ONU, ha lanzado la asombrosa cifra de que son aproximadamente 315.000 los seres humanos que mueren todos los años por causas directas o derivadas del cambio climático. La cifra es escalofriante… y lo que es peor, va en aumento.
Piénsese en una guerra o una enfermedad específica que causara semejante número de muertos y en las inmediatas medidas que se tomarían. Sin embargo, el tema del medio ambiente, aunque está en la agenda de todos los gobiernantes, no es considerado con la gravedad que el tema realmente tiene (y no son pocos los políticos que han advertido lo redituable en votos que es aparentar una gran preocupación por el cambio climático).
Pero volviendo a la curiosa, insólita, sorprendente, y sobretodo dramática cifra de 315.000 muertos por año debido al cambio climático, debe aclararse que no es fácil llegar a esta cifra. Deben discriminarse con cuidado cuáles de las tormentas y huracanes que causan víctimas están por encima del promedio histórico y por lo tanto son consecuencia del cambio climático; debe calcularse cuántas personas mueren por causa directa de una inundación que está relacionada con el aumento del nivel del mar; debe analizarse con cuidad qué enfermedades pueden considerarse como consecuencia de los cambios provocados por el hombre en el ecosistema; y a partir de allí sacar cuentas. Es difícil, pero el cálculo es posible, se puede hacer, y de hecho, es el que nos presenta el Foro Humanitario Global.
El informe del Foro Humanitario Global, respaldado por Kofi Annan, viene acompañado de un llamamiento para que los gobernantes que próximamente participarán de la Cumbre del Clima en Copenhague lleguen a un acuerdo sobre las medidas a tomar en relación al cambio climático que reemplace al tan resistido por algunos Protocolo de Kioto. Esta cumbre también será una oportunidad para todos quienes deseean hacer algo, aunque más no sea ejercer presión sobre los políticos, con respecto al cambio climático.
Obviamente son los países más desarrollados, más industrializados y los más poderosos, los mayores responsables del cambio climático, por su mayor incidencia en la emisión de los gases que crean el efecto invernadero, así como los mayores promotores de la tala de los bosques naturales, y por lo tanto, sus gobiernos son los más reacios a firmar cualquier acuerdo que comprometa sus poderosas economías.
En contrapartida, los países más pobres son los menos responsables del cambio climático y los más vulnerables a las consecuencias de las sequías, las inundaciones, las tormentas tropicales o los peligros derivados del aumento del nivel del mar. África el sur, parte de Asia y algunas islas son las zonas del planeta más comprometidas. Aunque a ciencia cierta es difícil precisar y delimitar cuáles serán las consecuencias para cada uno de los países mundo y para cada uno de nosotros, y he ahí el meollo del asunto…
La razón para que sea tan difícil de determinar las consecuencia de este fenómeno y para que su gravedad sea puesta en tela de juicio por muchos, es que los factores que intervienen en eso que denominamos “el clima”, son lo que se llama un sistema complejo. Es decir, el clima es un pequeño universo cuyo desenvolvimiento no podemos predecir porque no sabemos cómo funciona. Y personalmente creo que el hecho de que no conozcamos cómo funciona algo, algo de lo que dependemos totalmente para sobrevivir, es una razón más para no jugar con la posibilidad de destruirlo.
Este post pertenece a la acción “100 posts sobre el cambio climático“.
Piénsese en una guerra o una enfermedad específica que causara semejante número de muertos y en las inmediatas medidas que se tomarían. Sin embargo, el tema del medio ambiente, aunque está en la agenda de todos los gobiernantes, no es considerado con la gravedad que el tema realmente tiene (y no son pocos los políticos que han advertido lo redituable en votos que es aparentar una gran preocupación por el cambio climático).
Pero volviendo a la curiosa, insólita, sorprendente, y sobretodo dramática cifra de 315.000 muertos por año debido al cambio climático, debe aclararse que no es fácil llegar a esta cifra. Deben discriminarse con cuidado cuáles de las tormentas y huracanes que causan víctimas están por encima del promedio histórico y por lo tanto son consecuencia del cambio climático; debe calcularse cuántas personas mueren por causa directa de una inundación que está relacionada con el aumento del nivel del mar; debe analizarse con cuidad qué enfermedades pueden considerarse como consecuencia de los cambios provocados por el hombre en el ecosistema; y a partir de allí sacar cuentas. Es difícil, pero el cálculo es posible, se puede hacer, y de hecho, es el que nos presenta el Foro Humanitario Global.
El informe del Foro Humanitario Global, respaldado por Kofi Annan, viene acompañado de un llamamiento para que los gobernantes que próximamente participarán de la Cumbre del Clima en Copenhague lleguen a un acuerdo sobre las medidas a tomar en relación al cambio climático que reemplace al tan resistido por algunos Protocolo de Kioto. Esta cumbre también será una oportunidad para todos quienes deseean hacer algo, aunque más no sea ejercer presión sobre los políticos, con respecto al cambio climático.
Obviamente son los países más desarrollados, más industrializados y los más poderosos, los mayores responsables del cambio climático, por su mayor incidencia en la emisión de los gases que crean el efecto invernadero, así como los mayores promotores de la tala de los bosques naturales, y por lo tanto, sus gobiernos son los más reacios a firmar cualquier acuerdo que comprometa sus poderosas economías.
En contrapartida, los países más pobres son los menos responsables del cambio climático y los más vulnerables a las consecuencias de las sequías, las inundaciones, las tormentas tropicales o los peligros derivados del aumento del nivel del mar. África el sur, parte de Asia y algunas islas son las zonas del planeta más comprometidas. Aunque a ciencia cierta es difícil precisar y delimitar cuáles serán las consecuencias para cada uno de los países mundo y para cada uno de nosotros, y he ahí el meollo del asunto…
La razón para que sea tan difícil de determinar las consecuencia de este fenómeno y para que su gravedad sea puesta en tela de juicio por muchos, es que los factores que intervienen en eso que denominamos “el clima”, son lo que se llama un sistema complejo. Es decir, el clima es un pequeño universo cuyo desenvolvimiento no podemos predecir porque no sabemos cómo funciona. Y personalmente creo que el hecho de que no conozcamos cómo funciona algo, algo de lo que dependemos totalmente para sobrevivir, es una razón más para no jugar con la posibilidad de destruirlo.
Este post pertenece a la acción “100 posts sobre el cambio climático“.
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