El mapa del cuerpo de una mujer es un universo y no todas comparten las mismas zonas de sensibilidad sexual. Cada una tendrá debilidad por partes de su cuerpo que le producen el mayor de los placeres: labios, cuello, cabeza, orejas, muñecas, manos, espalda, abdomen, muslos, tobillos,… Miles de centímetros de piel que recorrer para disfrutar en la cama –o donde se encarte– y lograr el,"¡Dios, ese tío es una máquina!". Al menos es lo que pretendía Chandler Bing, de la popular serie 'Friends', cuando buscó la ayuda de Mónica Geller y Rachel Green para hacer llegar a su novia a las estrellas.
"Sé cómo tratar a una mujer, sé dónde está todo, es agradable, pero..."Chandler desea más, no se conforma con el "veo a donde quieres llegar y no me molesta" que siente por parte de su pareja. Cuaderno y lápiz en mano Mónica dibuja la silueta de una mujer señalando con números las zonas básicas erógenas: siete. "¿Hay siete?", responde Chandler muy sorprendido.
Aunque muchos desean saber cuál es ese dibujo, nunca se vio en la pantalla, por tanto, las zonas erógenas a las que se refiere y la combinación tampoco. Lo que sí vimos fue la especie de orgasmo imaginario que alcanzó Mónica.
Como en el sexo lo más importante es la imaginación, habrá que tirar de ella. Tal y como explica la señorita Geller en esta famosa escena de 'Friends', generalmente todos pasan por la uno, la dos y la tres –cuello, pechos y glúteos– el resto se la saltan para ir directamente a la siete: la vagina. Pero son muchas más, y como decimos, cada mujer es un mundo. Cada una enloquece de una forma diferente. Describimos algunas de ellas.
Comenzando por la cabeza. Al agarrarle de la cabeza, hazlo por la coronilla, introduce los dedos suavemente entre su pelo. A muchas ese gesto les estremece.
El cuello, un gran punto débil para la mayoría de las féminas. Tanto con las manos o la boca, el apartar la melena lejos del cuello para acariciar esa zona suavemente, besarla y mordisquearla… Le encantará.
Las orejas. Seguro que sabes qué hacer, sobre todo con el lóbulo: tómalo entre tus labios, ve al mordisco suave. Incluso a algunas les pone que le digan en ese instante lo que siente la otra persona, o si le está gustando el divertimento erótico.
Las manos y las muñecas. Con las palmas de ella hacia arriba, acaricia despacio con los dedos sus manos, muñecas y antebrazos. En algunos momentos, agarra sus manos con fuerza también.
El oasis de la espalda. El secreto: los besos y caricias, lentos y suaves, apenas rozando la piel, desde la nuca hasta el inicio de los glúteos.
Pies y tobillos. Ideales para un masaje previo al coito o pos coito, dependiendo de los activos y cansados que se termine. Un aceite corporal o loción son perfectos para ello.
Detrás de las rodillas. Es una de las zonas por donde circulan bastantes vasos sanguíneos. Muy sensible a las gestos suaves y cálidos, pero nada favorable a los bruscos.
Los muslos son para muchos una de las partes más espectaculares y sensuales de la pareja. La parte interior resulta la más sensible. Consejo de varios sexólogos para aumentar la excitación: acariciar tanto la parte interior como exterior, manteniéndose lejos de la vagina, y después de un tiempo "pasa la lengua suavemente por el área ubicada al lado de los labios mayores de la vagina". Una forma de estimular una zona muy sensible para ella.
Lo más importante: pasar por todas ellas, no tener prisa e irlas mezclando. Y sobre todo, no dejen de explorar.
Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra... Si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia, y morena... Quiéreme día, quiéreme noche... ¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda... O no me quieras!
Me gusta y a veces no quisiera que me guste tanto. Porque así será como hacer un examen importante para el que has estudiado y donde no importara si has hecho exámenes más fáciles o más difíciles antes...